¡Estoy viva!
Por fin he terminado los exámenes de la primera evaluación, y ahora que tengo más tiempo libre, voy a ponerme al día con el blog y con los vuestros. Tengo que escribir varias reseñas, y también quiero grabar algún vídeo, así que solo espero que este pequeño arranque no me cueste mucho e intentar estar por aquí varias veces a la semana.
Hoy os traigo mis citas favoritas de Ciudad de Ceniza. Releeí el libro a principios de septiembre, y en esa relectura fui cogiendo mis citas favoritas para poder compartirlas con vosotros. Pronto os dejaré la reseña.
Citas
—No quiero ser un hombre —replicó Jace—, quiero ser un adolescente dominado por la angustia que no puede enfrentarse a sus demonios interiores y por eso ataca verbalmente a otras personas.
—(...) Los pobres padres pájaro se matan a trabajar intentando encontrar comida suficiente para alimentar a la enorme cría de cuclillo que ha asesinado a sus pequeños y ocupado su lugar.
—¿Enorme? —dijo Jace—. ¿Me acaba de llamar gordo?
—Era una analogía.
—No estoy gordo. (Imogen Herondale y Jace)
—(...) El amor convierte en mentirosos a los de tu especie.
—Ojalá pudiera odiarte —replicó él.
La voz tenía un tono ligero, la boca curvada en una media sonrisa despreocupada, pero los ojos estaban llenos de aflicción.
—Quiero odiarte. Intento odiarte. Sería todo más fácil si te odiara. A veces pienso que sí que te odio, y entonces te veo y... (Jace)
—¿Sabes cuál es el peor sentimiento que puedo imaginar?
—No —respondió ella, pestañeando.
—No confiar en la persona a la que amo más que a nada en el mundo.
—¿Cuántos años tienes, de todos modos? —preguntó curiosa.
—Yo ya estaba vivo cuando el Mar Muerto era sólo un lago que se sentía un poco pachuc
ho. (Clary y Magnus)
—(...) Algunos tipos te miran con cara de querer sexo. Jace te mira como si ya lo hubieseis hecho, hubiera sido fantástico y ahora sois sólo amigos. (Maia)
—¿Admirándote? —La voz de la Inquisidora se abrió paso a través de su contemplación—. No tendrás un aspecto tan mono cuando la clave acabe contigo.
—Realmente usted parece obsesionada con mi belleza. —Jace dio la espalda al espejo con cierto alivio—. ¿Podría ser que todo esto se deba a que se sienta atraída por mí? (Imogen Herondale y Jace)
—No te llamó criminal, exactamente...
—No, simplemente soy un niño travieso. Hago toda clase de cosas malas. Pateo gatitos. Hago gestos groseros a monjas. (Alec y Jace)
«Dibujar a alguien es intenta capturarlo para siempre —había explicado Jocelyn, sentada en el suelo con un pincel goteando azul cadmio sobre sus vaqueros—. Si realmente amas algo, jamás intentas mantenerlo igual para siempre. Tienes que dejar que sea libre de cambiar.»
—(...) Pero si no le puedes contar la verdad a la gente que más te importa, al final dejarás de ser capaz de decirte la verdad a ti mismo.
Él le soltó la mano, pero se la quedó mirando con fijeza, como si quisiera memorizar su rostro.
—Lo sé perfectamente —dijo—. Siempre que tú casi mueres, yo casi me muero. (Jace)
Angela Herondale.